Publicado: 15/09/2016
Editado por: Noelia Pino García
La estenosis lumbar es un estrechamiento del canal raquídeo a expensas de una proliferación ósea que comprime las estructuras nerviosas que contiene. Los especialistas en Neurocirugíaafirman que esto provoca daños en la médula espinal y los nervios raquídeos.
Hay dos tipos de estenosis lumbar:
- Estenosis lumbar primaria o congénita, relativamente rara
- Estenosis lumbar secundaria o adquirida, muchísimo más frecuente
La estenosis lumbar secundaria corresponde al estadio final de la degeneración osteo-artrósica presente en el adulto de cierta edad, más de 60 años. En ese momento se acumulan todos los procesos degenerativos, traumáticos, de solicitud mecánica, etc., sufridos durante toda la vida del paciente.
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Síntomas de la estenosis lumbar
Los síntomas que presentan las personas afectadas de estenosis lumbar se caracterizan por la presencia de dolor lumbar persistente, o no, que muchas veces se caracteriza por un fenómeno consistente en la aparición de dolor lumbar, pinchazo glúteo o en las piernas durante la marcha, al cabo de una cierta distancia y que cede al descansar. Se conoce como claudicación intermitente e incapacita al paciente para poder caminar, a veces pocos metros. En algunos otros casos, la claudicación puede ser sensitiva, apareciendo hormigueos y falta de sensibilidad en zonas de las piernas.
En los casos avanzados, puede acompañarse de incontinencia de esfínteres e impotencia en los varones.
Es la causa más frecuente de limitación de la marcha en los mayores, si bien hay que diferenciarla de la claudicación de origen en una insuficiencia vascular en las piernas.
Estenosis lumbar: diagnóstico
El diagnóstico se obtiene después de una exploración cuidadosa y la realización de pruebas de imagen: Resonancia magnética o TAC. Una de las dificultades que existen en el diagnóstico de la estenosis lumbar reside en el hecho de que los signos y síntomas solamente aparecen durante la marcha y desaparecen en reposo.
Tratamiento para la estenosis lumbar
El tratamiento es quirúrgico cuando está indicado, es decir cuando los síntomas o dolores son suficientemente significativos como para alterar la calidad de vida.
Este tipo de cirugía consiste en el recalibrado del canal mediante microlimados del hueso de las vértebras que han aumentado su tamaño, descomprimiendo de forma efectiva la médula y los nervios raquídeos. La incorporación de pequeñas grapas entre las vértebras, aumenta y mantiene el nuevo calibre obtenido y permite al paciente aliviar sus dolencias.
Dado que la mayoría de los enfermos son de edad avanzada, la cirugía está diseñada y adaptada a la fragilidad de estos pacientes y es de mínima invasividad. Se realiza a través de una pequeña incisión mediante microcirugía extrema, realizándose bajo anestesia epidural y con una estancia de dos noches en el hsopital, sin dolor post-operatorio, permitiendo la deambulación inmediata después de la intervención, lo que reduce el riesgo de complicaciones.
El 85% de los pacientes se cura o mejora significativamente después de la cirugía y las complicaciones son escasas, sin mortalidad operatoria a pesar de la edad de los pacientes.
